jueves, 8 de agosto de 2013

"Némesis" Isaac Asimov


   Me gustan las histórias de ciencia ficción de Asimov donde no son los aliens quienes vienen a destruir la tierra y la raza humana. El propio ser humano el que se encarga de eso.
  En las novelas de Asimov la Tierra, superpoblada, envía colonizadores al espacio que se establecen en nuevos asentamientos  que generalmente mantienen una relación tensa con el Planeta Madre.
   Las colonias disponen de superficie y recursos finitos y tratan siempre de limitar la llegada de nuevos emigrantes terrestres a los que consideran poco avanzados y llenos de gérmenes. Son "el enemigo".
  Por otra parte los terrestres no sienten mucha simpatía por esos "hermanos" del espacio que no quieren entender los problemas que aquejan a una Tierra superpoblada y con escasez de alimentos.
  Tampoco las colonias se aprecian mucho entre sí. Son espacios cerrados, donde se agrupan personas generalmente provenientes de una misma raza y cultura. No aceptan con facilidad a otros humanos provenientes de otra colonia y mucho menos a los terrícolas.
  Así las cosas uno de esos asentamientos extraterrestres descubre la tecnología necesaria para abandonar el sistema solar en dirección a una estrella parecida a nuestro sol que su descubridora llama Némesis (diosa griega de la venganza).
  Al frente de la colonia renegada hay un lider político manipulador y sin escrúpulos que considera su visión de la realidad y el futuro la única válida. El fín siempre justifica los medios y él se considera el más capacitado para determinar ese fín y cuales son los médios adecuados para conseguirlo. Claro que no está preparado para la pequeña sorpresa que aguarda en el planera que orbita al rededor de Némesis.
  Para añadir un poco más de emoción parece ser que Némesis será la causa de la destrucción de la Tierra dentro de unos 5.000 años. Es mucho tiempo para preocuparse ya por el desastre, sin embargo la supervivencia de los habitantes del planeta puede depender de cuanto tiempo dispongan para evacuar a una población que se cuenta por millones. Pero hay quienes albergan la secreta esperanza de que el desastre pille desprevenida a la población terrestre.
   La Tierra, naturalmente, no se queda de brazos cruzados. Sus servicios secretos y sus científicos se emplean a fondo en encontrar a los fugitivos y seguirles.
 Vamos, si quitamos las naves espaciales y los viajes interestelares nos queda el pan nuestro de cada día: políticos corruptos, científicos sin escrúpulos a los que no les importa el coste de los avances, gente ambiciosa y manipuladora, racismo, exclusión social de aquellos que son diferentes y nos hacen sentir incómodos...
  Por suerte en el libro, como en la vida, las cosas avanzan algunas veces, un poco por azar y otro poco por casualidad, en la dirección que ellas quieren no en la que marcan quienes manejan el mundo.
  En fin, que el libro me ha encantado y me lo he "repampinflado" de un tirón.