jueves, 28 de octubre de 2021

"Nunca serás agua" de Patricia Miller


  Megan Gallagher, una bombera que sufre un grave accidente laboral, cree que a base de empeño podrá recuperarse pronto y volver al trabajo. Su familia no lo tiene tan claro y buscarán para ella una clínica que se ocupe de ayudarla con la rehabilitación.
  Allí conocerá a Nick, el fisioterapeuta. Con él chocará de frente, ya que es quien debe hacerla entender que no solo necesita fuerza de voluntad y tolerancia al dolor, también hace falta paciencia y acatar las reglas si quiere recuperarse y volver a hacer vida normal.

  Lo primero que me llamó la atención de esta historia de superación donde ambos protagonistas deben enfrentarse a sus miedos y rehacer sus vidas, fue su preciosa portada.
Algo que me gusta encontrar en un libro es el título en el texto de la novela y comprender porqué el autor lo eligió. Me encantó encontrarlo y saber el porqué de ese "Nunca serás agua".
  Simpaticé más con Nick que con Megan, quizá por el duro camino que ha de recorrer, desvelado por la autora en pequeñas dosis, para ser capaz de mantener una relación sentimental en la que ser sincero y entregarse al cien por cien. La de Megan es una historia más común, chica de fachada dura y corazón de oro, acostumbrada a vivir entre hombres y que a modo de defensa adopta en ocasiones formas rudas.
  Mientras otros autores describen al detalle personajes y escenarios Patricia A. Miller se ha decantado por hablar de aromas, texturas y sensaciones. Es fácil describir una casa, conseguir que sientas a que huele un hogar es mucho más complicado. Para mí eso es un plus y me ha gustado mucho.
  En la parte de la historia donde se habla de las lesiones sufridas por Megan y el proceso de recuperación y rehabilitación se aprecia el esfuerzo de la autora por documentarse. Aunque son los capítulos cuya lectura, a pesar de la evidente tensión sexual entre los protagonistas, me han resultado más lentos.
  En general, la lectura me ha dejado muy buen sabor de boca, aunque hay dos cosas que me han incomodado un poco.
  Por un lado que la autora no haya "castigado" a los responsables del accidente que casi cuesta la vida a la protagonista (que para mí son dos). Si tuvo consecuencia en sus vidas queda fuera de la narración.
  Por otro ese personaje gay que hace comentarios subidos de tono y alguna gracieta y que es casi inevitable encontrar en todos los libros últimamente (aunque, en este caso, la autora ha sido bastante comedida al diseñarlo). Al principio me parecía original y gracioso, pero conforme invadía una lectura tras otra se convirtió en algo previsible y anodino.


Sobre su autora
  Patricia A. Miller nació en 1978 en Alicante. Realizó estudios de animación sociocultural, pero acabó trabajando en la Administración Pública. En la actualidad está casada y es madre de un niño.
  Gran lectora desde la infancia. Publicó su primera novela en 2015 y desde entonces dedica parte de su tiempo a investigar para sus novelas y a escribir.las mejores ideas vienen a su mente mientras conduce.

martes, 5 de octubre de 2021

"La Piedra Azul I: La comunidad del fuego" de Pedro Marín Blaya


  En un mundo al que se llegó tras una guerra entre dos bandos el tiempo se divide en eras de cincuenta años porque eso fue lo que duró la guerra. Se marca como inicio del cómputo del tiempo el fin de esa guerra que ya nadie puede asegurar cómo empezó ni lo que pasó.
  Estamos en la tercera era, la Era Incierta, y Jota cumple condena en la prisión de Golden Hill. El aura de peligrosidad que le rodea y un acuerdo con el alcaide le permiten vivir solo en su celda aislado voluntariamente de sus compañeros. Por eso le pilla desprevenido que, tras entrar una nueva remesa de reclusos a la prisión, le sea asignado un compañero: Fred.
  Joven, curioso, desenvuelto, descarado y algo temerario, Fred ignora todas las señales de peligro que emanan de Jota invadiendo su espacio y su vida. Un día ve a Jota escribir lo que parece un diario y ocultarlo después. Desde ese momento encontrar el libro y descubrir que secretos esconde su compañero de celda se convierte en su obsesión...

  Pedro Marín Blaya nos plantea en esta primera entrega de una bilogia su personal visión distópica con toques de fantasía en la que se entremezclan dos líneas temporales. En una de ellas, un narrador omnisciente nos presenta a un Jota adulto, envuelto en violencia contenida y misterio, y en la otra, contada en primera persona, nos sumergimos en la infancia y adolescencia de Jota para averiguar que le llevó a prisión. Destaca la visión infantil con un toque de ingenuidad de ese Jota niño que comienza a contarnos su historia.
  Los saltos entre pasado, presente y futuro bien estructurados no plantean ninguna dificultad para comprender la historia.
  A lo largo del relato el autor va introduciéndonos en ese mundo que ha creado y desarrolla un abanico de temas muy interesantes. Desde la perspectiva de los sentimientos veremos desfilar tensiones familiares, bullying, amor, desengaños, traiciones, ambición y venganza. En la vertiente política de de la historia se plantean cuestiones muy reales y de gran actualidad como la posibilidad de que los poderes fácticos falseen la historia para que se ajuste a sus intereses o la idea de que dificultando el acceso a la tecnología se frena el avance de la sociedad. Se expone una inquietante teoría: el ser humano puede no estar preparado para cierta clase de tecnología, que de caer en sus manos ocasionaria una catástrofe. Música y literatura son presentados como algo fundamental para que el ser humano alcance la plenitud.
  Los personajes principales, bien construidos y con una clara evolución a lo largo del libro, perseguirán sus sueños con desigual fortuna. A la vez una extensa galería de secundarios, distribuida con precisión y muy trabajada, aporta gran riqueza a una trama compleja y llena de giros.

Sobre su autor
  Pedro G. Marín Blaya, joven escritor cartagenero nacido en 1993, nos cuenta que "tuvo desde siempre cierta inquietud por escribir cuentos e historias. A los seis años su profesora de primaria le dijo que le compraría su cuento si lo viera en una librería. A los once (casi) dejó de cometer faltas de ortografía. A los catorce llenaba libretas y libretas de historias fantásticas sobre personajes que evitaban un apocalipsis y viajaban al espacio exterior. Sin embargo, no llegaba a encontrar la idea perfecta para escribir un libro."
  Con su primer libro, intenta adentrarnos en un mundo de fantasía, aventura y reflexión.
  Esperemos que no se haga esperar mucho la segunda parte.