sábado, 9 de febrero de 2019

"La Primera Catedral" de Mariano Ruiz Guasch


  Diego Vázquez, profesor de historia de la Universidad de Compostela, viaja hasta Cartagena para asistir al funeral del que fue tutor de su tesis doctoral: el profesor Jaime Fuentes.
  En el cementerio se acerca a dar el pésame a Sonia, la hija del difunto profesor. Ella le comenta que su padre pensaba llamarle, seguramente para hablarle sobre el material en el que estaba trabajando, y le invita a acompañarla al despacho del profesor Fuentes para examinar sus papeles. Una vez allí Sonia le regala a Diego unos libros sobre el apóstol Santiago y la llegada del cristianismo a Hispania que pertenecían a su padre.
  Cuando Diego se dispone a abandonar la ciudad sufre un robo. Curiosamente el asaltante ignora los objetos de valor que lleva encima y solo sustrae los libros del viejo profesor Fuentes que, aparentemente, no son valiosos ni particularmente difíciles de encontrar.
  A pesar del escaso valor material de lo robado, Vazquez decide poner una denuncia viendose obligado a posponer su marcha de la ciudad. Cuando contacta con Sonia para notificarle el destino sufrido por los libros descubre que el despacho de su padre también ha sido desvalijado.
  A partir de ahí nacen dos investigaciones:
 Diego Vázquez y Sonia intentan averiguar por su cuenta que hallazgo ha podido realizar Jaime Fuentes y si le ha podido costar la vida. Antes de darse cuenta se ven inmersos en una peligrosa lucha de poder entre dos antiguas órdenes religiosas y el Obispado de Cartagena.
  Por otra parte, el inspector Barrancos, hosco y duro, que no siente ninguna simpatía por los intelectuales, es quien se ocupa de mala gana de tramitar la denuncia de Diego y la posterior investigación del robo de los libros. Poco a poco se da cuenta de que en ese caso aparantemente insignificante las cosas no son lo que parecen y que hay gente poderosa y peligrosa dispuesta a llegar muy lejos por unos libros que en principio no valen nada.

  Cualquier cartagenero se sentiría atraido por este libro, es un tema muy nuestro. Las ruinas de la Catedral Vieja están integradas en el casco histórico de la ciudad y  para nosotros es la primera catedral de España, la mas antigua. Las leyendas locales cuentan que el Apóstol Santiago desembarcó en nuestro puerto, en el barrio pescador de Santa Lucía, y por aquí entró el cristianismo a España.
  El autor ha sabido captar ese sentimiento de la ciudad y recoger las tradiciones locales sobre el tema. La trama presenta una atractiva mezcla de historia y ficción aprovechando las historias populares de la zona para el libro. Yo, que me paseo mucho por la ciudad, he reconocido todas sus calles y los edificios descritos en el libro con fidelidad.
  Aunque al final el libro no ha alcanzado las espectativas que puse en él. Es una historia entretenida y sin mayores complicaciones. Fácil de leer, pero un poco floja, con unos personajes que a ratos no resultan convincentes.
  No me gusta la visión tan edulcorada que da la novela sobre el profesorado y la enseñanza. Se me ocurre que quien habla así ha debido tener mucha suerte con sus profesores, mi experiencia personal me inclina a pensar de forma mucho más ácida. Encuentro un poco cursis las conversaciones sobre el tema entre Vázquez y Sonia.
  Hay ideas relevantes en el texto. Sobre la historia nos dice que no es inamovible. La escriben siempre los vencedores, por tanto es posible descubrir datos que obliguen a reescribirla. También queda reflejada en varias ocasiones la importancia de la fe. Nadie necesita la demostración científica de la veracidad de una creencia o la autenticidad de una reliquia. La fe es creer en algo sin pruebas. No hay problema porque demuestren que una reliquia es falsa, la gente seguirá creyendo en ella, es una cuestión de fe. Lo realmente peligroso es demostrar que algo es auténtico creando controversia con lo que estaba establecido y dividiendo a los creyentes o haciendo que pierdan su fe.
  A lo largo de la novela se pone de relieve como detrás del interés por mantener determinadas creencias o tradiciones muchas veces lo que hay son cuestiones meramente económicas.
  Finalmente me llama la atención la visión tan "de película" que nos da el libro de un entierro. He estado en unos cuantos en el cementerio que se menciona y puedo asegurar que ni hubo cura ni se echó tierra en las fosas.
 

Sobre su Autor
  Nace en Sabadell (Barcelona) en 1979. En 1982 llega a Cartagena (España) y actualmente reside en Aljucer (Murcia).
  Se licenció en Historia del Arte (Universidad de Murcia 2004).
  Comienza a publicar en 2009. Actualmente trabaja en Cartagena, la ciudad donde situa la acción de su libro.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por la reseña! Agradezco la sinceridad de tus comentarios. Me alegra haber sabido transmitir las ideas generales que rondaban mi cabeza cuando escribí el libro sobre la fe y la historia. Ciertamente la imagen del entierro es de película (por desgracia yo también he asistido a entierros en dicho cementerio). Si la visión de la enseñanza es tan edulcorada es porque efectivamente me considero afortunado con profesores que he tenido, no todos.
    Con tu permiso comparto la reseña en las distintas redes sociales. Si quieres localizarme puedes buscarme como mrguasch
    Será un placer estar en contacto.

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    1. Gracias a tí por escribir, publicar y regalarnos horas de entretenimiento a todos los lectores. Si con la reseña te he dado un poco más de visibilidad desde aquí, Facebook e Instagram me doy por satisfecha. Naturalmente puedes compartirla si lo deseas. Como cartagenera me sedujeron portada y tema. Buena suerte en tu andadura literaria.

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