viernes, 24 de agosto de 2018

"Tom Z. Stone (omnium)" J. E. Alamo


  El 7 de agosto de 2012 hubo un suceso sorprendente a nivel mundial. Algunos de los fallecidos en los primeros días de ese mes volvieron inexplicablemente a la vida... volvieron más o menos, porque sus corazones no laten, sus ojos tienen un aspecto como de pescado un poco pasado de fecha y echan un ligero tufillo a... digamos que a muerto. Es lo que se dió en llamar Fenómeno Reanimación, a partir de ya FR, por aquello de abreviar.
  No todos vuelven igual. Aquellos cuyos cerebros están intactos son tan normales como tú o yo. Los que tienen el cerebro dañado (por ejemplo se han destrozado el cráneo cayendo de cabeza a un barranco o cosas así) despiertan reducidos a seres babeantes que el único sonido que emiten son gruñidos ininteligibles y caminan o se arrastran de forma descoordinada y vacilante.
  El que los muertos vuelvan a la vida ya inquieta bastante a los vivos. Si a eso sumamos que los que volvieron con el cerebro hecho unos zorros sienten el impulso incontrolable de ¡comerse! a los borregos (ups)... perdón, a los vivos, se lia un pandemonium.
  Entre el día 7 y el 22 de ese aciago mes de agosto de 2012 los zombis babeantes se comen a los vivos que pillan y los vivos se defienden como pueden e incluso organizan partidas de caza para exterminar la plaga de muertos vivientes. Son los llamados Días del Olvido, a todos les convino olvidar lo que ocurrió así que corrieron un túpido velo sobre los desmanes cometidos por vivos y por muertos ¿Tu recuerdas lo que pasó? Yo ya lo he olvidado.
El 22 de agosto la ONU declara humanos a los reanimados y se acaba la cacería de putos zetas de mierda, perdón otra vez, reanimados.
  Uno de esos reanimados es Tom Z. Stone. La Z no es de Zachary, ni de Zoilo, ni de Zebulón, ni de Zeus, ni siquera de Zombi... es de Zalacaín (pobre, a su madre le gustaba Pio Baroja) y como su homónimo es un hombre de honor, valiente y al que le gusta la acción.
  En vida Tom, un galés afincado en su juventud en Valencia (España), era un cincuentón de buen ver, tramitador procesal en los juzgados, enamorado de su mujer, amante de sus hijos, alcohólico impenitente y  fumador empedernido. Hizo propósito de enmienda, iba a dejar el alcohol y el tabaco... pero un infarto fulminante se lo impidió.
  El 7 de agosto recibió una seguda oportunidad, o bien le hicieron una soberana hijoputada. Le cito textualmente: "Hay cosas que suceden una sola vez en la vida; morir debería ser una de ellas". La vuelta de Tom es dura. Su familia no le recibe precisamente con los brazos abiertos ni se reincorpora a un trabajo que cuando vivía ya no le gustaba ni siquiera un poco.
  Inicia su nueva andadura en soledad, una soledad que le pesa en el alma y amarga sus días y sus noches porque, señoras y señores, los zombis no duermen. Sus cerbros no descansan. Y Tom solo consigue embotar el suyo unas horas a base de whisky y cazalla. Luego se intoxica de café y tabaco para combatir la resaca. Ya veis, dieta sana.
  Heredero de una ingente fortuna no necesitaría volver a trabajar en lo que le quede de ¿vida? pero necesita acción, emociones fuertes que le hagan sentirse vivo, lo que le lleva a sacarse una licencia de detective privado y montar una pequeña agencia. Stone es un detective a la vieja usanza, un tipo duro que recibe hostias y las reparte sin complejos, suelta borderías sin contemplaciones pero es honesto hasta decir basta, tiene un corazón de oro y en el fondo es todo un caballero.
  Generalmente trabaja en casos en los que están implicados reanimados y colabora con el comisario Garrido jefe de la Brigada FR (creada para ocuparse de los casos en los que hay reanimados de por medio).
  A trastocar su nueva vida viene Mati. La conoce en un bar y le ofrece trabajo como secretaria y recepcionista en la agencia, sorprendentemente acepta. A lo largo del libro viviremos la historia de amor de Mati y Tom que nace con fecha de caducidad porque los zombis se deterioran deprisa. Las previsiones más optimistas calculan en cuatro años el tiempo máximo de un zombi desde su reanimación hasta entrar en fase terminal (cuando babean, gruñen y devoran visceras humanas) y esa fase terminal (si no los elimina nadie antes) les vuelve a matar en menos de 48 horas.
  Tom Z. Stone ha sido todo un descubrimiento. Un personaje con un fuerte componente de tristeza aderezada con amargura que disfraza con un humor corrosivo. Cuenta las cosas mas terribles con una chispa que hace que se nos escape la sonrisa en vez de soltar lágrimas y te preguntas como puede resultar tierno un tío tan, pero tan, tan, borde. La trama me ha absorvido por completo y me ha dejado con ganas de mas. Cosa sorprendente, he digerido las 1.037 páginas -si, has leido bien 1.037- de un tirón en cinco días.
  No es que sea monumentalamente extenso, es que han encuadernado tres libros juntos. En realidad es un volumen recopilatorio de tres relatos: "Imagine", "Le it be" y "All you need is love". Sus títulos claro homenaje a The Beatles, quienes por cierto están vivos durante la novela y son el grupo favorito de Tom y Mati. Cada uno de ellos es un caso diferente aunque están conectados entre sí de forma muy inteligente.
  Por sacarle alguna pega: detesto que me separen un libro de 500 páginas en una trilogía pero estos bien que podían ir por separado. Pesa como tonelada y media y es muy voluminoso y difícil de manejar. He acabado con agujetas en los brazos. Cometí el estúpido error de llevarmelo para leer durante las vacaciones y cada vez que alguien se quejaba de cuanto pesaba mi bolsa temía que se dieran cuenta de que lo llevaba en ella.
  Los personajes están maravillosamente bien retratados. Hay toda una galería de mafiosos, delincuentes de poca monta, prostitutas y policías (de los malos y de los buenos) tan reales que casi se salen de las páginas de la novela. Además hay un montón de pequeños relatos muchos de ellos en clave de humor intercalados que nos hacen captar el Fenómeno Reanimación en toda su extensión, como afectó a los muertos y también a los vivos.
  En fin, brindo con Tom, él con whisky y yo con un tinto de Jumilla  que me gusta mucho más.

https://www.instagram.com/p/BnGewuWHfA-/?taken-by=isbl001

Sobre el autor
J. E. Alamo, como Tom Z. Stone, nace en Reino Unido (1960) pero está afincado en Valencia desde hace más de 30 años. Traductor literario ha publicado en diversas revistas y es colaborador habitual de medios y foros de internet. Empieza a escribir a los 45 años y es conocido fundamentalmente por su narrativa fantástica y de terror. Es miembro de Nocte (Asociación Española de Escritores de Terror)

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