viernes, 20 de agosto de 2021

"El hotel de las promesas" de Arantxa García



  Último tercio del s. XIX en la España rural. Cristina vive en un pueblo donde no se le permite olvidar que es hija de una madre soltera. Ha crecido con un único amigo, Miguel, con quien asume que ha de casarse. Este abandona el pueblo en busca de un futuro mejor para él y para Cristina. Irá a la ciudad a trabajar y cuando las circunstancias lo permitan volverá junto a su novia.
  Cristina espera en el pueblo el regreso de Miguel entre carta y carta, pero un día las cartas dejan de llegar y ella decide buscarle en su lugar de trabajo, el Hotel Bonanza y reclamarle una explicación.
  Nada más llegar descubrirá la razón del silencio de Miguel. Lejos de amilanarse y volver al pueblo decide conseguir ese futuro mejor por si misma quedándose a trabajar en el hotel.
  Ahí conocerá a Pablo de la Mora, un huésped, que bajo la apariencia de señorito crápula y despreocupado esconde un gran deseo de sentirse útil y amado.

  La historia de amor entre Cristina y Pablo se desarrolla entre sinsabores y zancadillas de todos los que les rodean. La prometida del señor de la Mora, presentada como una joven egoísta, mezquina y orgullosa, para que el lector encuentre justo que sea abandonada en favor de su rival y las amantes de Pablo, descritas como mujeres casadas por interés, para nada enamoradas de sus maridos, ociosas, vanas e insatisfechas, resaltarán por contraste la figura de la camarera ávida de conocimientos, desinteresada y deseosa de prosperar mediante su esfuerzo y no a costa de ser mantenida por un hombre.
  A los jóvenes y apasionados amantes les separa una gran distancia social de la que Cristina es muy consciente, pero que para Pablo no importa. Ella es quien aporta notas de cordura y él quién se deja llevar por un amor que crece por momentos.
  Es el inquebrantable cariño de Pablo el que en el punto álgido de la historia, cuando ella está dispuesta a rendirse al destino, les salvará.
  En el Hotel Bonanza percibiremos la gran distancia que separa a los ricos de los sirvientes invisibles a los ojos de unos huéspedes apenas capaces de distinguirles del mobiliario. También conoceremos de cerca las envidias y la insolidaridad entre mujeres que compiten entre sí por las atenciones de los hombres.
  La autora pone de relieve a través de las vicisitudes de la protagonista la situación de indefensión de la mujer en la época en que se desarrolla la historia, agravada en el caso de Cristina por su pobreza.
  Se trata de una historia de superación, donde a base de tesón y esfuerzo una mujer logra progresar adquiriendo educación y trabajando. El galán de la historia se verá conquistado no por la belleza de la joven sino por su agudeza intelectual y sus valores.
  Reconozco la corrección formal del texto, pero tengo la sensación de que falta diálogo y puede que haya encontrado a la pareja protagonista excesivamente avanzada para su tiempo. Que una mujer poco antes de 1880 tema decir a su marido, tras varios años de matrimonio, que está embarazada porque no han hablado sobre tener hijos y quizá no sea el momento adecuado para ello me resulta chocante. Tan chocante como un hombre que coloca de recepcionista en su empresa a su esposa para que gane su propio dinero y sienta que colabora al sostenimiento familiar y la anima al tiempo a estudiar.

Sobre su autora
  Arantxa García, licenciada en filología, ha escrito desde siempre aunque hasta ahora no había publicado, esta es su primera novela.
  Gran lectora y amante del género romántica se sintió cómoda en seguida escribiendo romance. La mayoría de las novelas de romance histórico que pasaron por sus manos estaban ambientadas en Inglaterra o Escocia, eso le sirvió de acicate para situar la suya en España.

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