Corina es una joven esquizofrénica que, como algunos enfermos mentales, alterna temporadas en casa con su madre y temporadas ingresada en un centro psiquiátrico.
Un día la policía se presenta a buscarla en casa. Una anciana ha sido asesinada y la cámara de seguridad situada en el lugar del crimen ha captado a la asesina, que encaja con la descripción de Corina. Ella no recuerda haber cometido un asesinato, pero tal vez se trata de una laguna de memoria propia de su enfermedad.
Mientras se esclarecen los hechos Corina es ingresada una vez más en el psiquiátrico.
La novela, narrada en primera persona por la propia Corina, nos muestra su forma peculiar de percibir la realidad que la rodea en un lenguaje coloquial y accesible.
Diferente a los demás y consciente de ello, quienes la rodean se encargan de que no lo olvide. Puede que tenga amigos que el resto del mundo no ve, puede que esté loca, pero no es tonta.
El autor de la historia nos introduce en un angustioso mundo arbitrario, donde un médico manipulador o la maldad de una enfermera pueden anular la voz de un paciente, maltratarlo o provocar una recaída ante la indiferencia del mundo exterior.
Una ingenua Corina nos muestra su día a día. A lo largo del libro vamos conociendo la galería de personajes que la rodean: una madre cansada de su enfermedad y que la rechaza, un padre que la quiere y que se mantiene distante, los vecinos que desconfían o directamente la vejan, médicos unos bien intencionados y otros no tanto, enfermeros de todas clases y los pacientes que la acompañan en su encierro. Un universo bien definido rodea a la protagonista y lo vamos conociendo mientras los crímenes se suceden alrededor de una aparentemente inocente protagonista.
Los indicios y giros de la historia permiten sospechar de todo el mundo hasta la sorprendente resolución del caso.
Sobre su autor
Antonio Oltra, nacido en Barxeta, Valencia, en abril de 1984. Enfermero de profesión, ha dedicado a un mundo que conoce su primera novela.
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